domingo, 24 de junio de 2012

Katana.



La katana

La katana es una espada de filo curvo característica de la cultura nipona, debido al carácter curvo de su hoja, y asu único filo, la katana debería ser considerada como un sable , pero para el caso que nos atañe, da lo mismo.

Como tal, esta fundamentalmente orientada al corte mas que a la estocada, su curvatura surge de la necesidad de obtener un corte eficaz cuando se maneja. La hoja recta, tiende a “empotrarse” en el momento del corte, mientras que la curvatura obtiene siempre un corte tangencial a la trayectoria del arma y con ello se evita que quede bloqueada.

La katana es empleada sobre todo para el corte debido a su carácter y capacidad para producir heridas severas, y es considerada una especie de “guillotina de mano”. Se la desenvaina con un movimiento axial de rotación, llevando su filo normalmente orientado hacia arriba y se le puede blandir con una o dos manos (siendo esta una ultima una modalidad tradicional).

La katana es el alma del Samurái, ya que pasa de generación en generación transmitiendo así su espíritu. Se dice que quien porta una katana familiar lleva en ella los espíritus de los ancestros que la portaron antes que él.

Además es la herramienta que les permite seguir vivos en el mundo en que se desenvuelven, ser un maestro en el manejo de la espada les permite vivir mas tiempo, mientras que por el contrario, si se es un inexperto espadachín en el primer duelo o batalla, se morirá rápidamente. Por ello se dice que el samurái se compone de dos, del hombre y su arma, el alma del primero seguirá vivo si el alma del segundo es fuerte para mantenerlo con vida.

La anatomía de la espada se compone de una serie de partes que son bien diferenciables:

  • Hamon: línea diferencial del temple de la hoja. Por ejemplo ondulada en el estilo Notare.
  • Hi: Surco longitudinal en la hoja, utilizado para aligerar la pieza. Otra de sus funciones es absorber y repartir la tensión de los golpes, evitando el deterioro o la torsión de la hoja.
  • Iori-Muné: tipo de nervio de la hoja sin rebaje.
  • Kissaki: punta.
  • Mei: firma del armero, normalmente en el Nakago.
  • Mekugis: pasadores que sujetan la Tsuka (mango) al Nakago (espiga), solían ser de madera de bambú.
  • Mekugi-Ana: agujeros para los pasadores.
  • Menuki: aplicaciones metálicas ornamentales en los laterales del mango.
  • Moto-Haba: ancho de la hoja.
  • Moto-Kasane: espesor de la hoja en el Habaki.
  • Mune: contrafilo.
  • Nagasa: longitud.
  • Nakago: espiga, parte de la hoja que entra en la empuñadura.
  • Niké: rebaje del nervio.
  • Saki-Haba: anchura de la hoja al comienzo del Kissaki.
  • Samé: forro de la Tsuka. Solía ser de piel de tiburón o raya para evitar el deslizamiento del Tsuka-Ito.
  • Sori: curvatura.
  • Sugata: tipo de hoja.
  • Tsuba: guarda, rodela. Solía decorarse con motivos naturales.
  • Tsuka: mango.
  • Tsuka-Ito: encordadura del mango.
  • Yokote: línea que separa la punta del resto de la hoja.



Forja de espadas;


Ningun artesano Rokuganes vive con mas honor que el forjador de espadas. Para la sociedad en general, y pasa los samuraisen particular, la espada ocupa un lugar tan central y fundamental que el proceso de forja ha adquirido connotaciones legendarias y casi religiosas.

No existe otro acto creativo mas complejo, ningún otro requiere tanta fuerza, sutileza, cuidado de los detalles, y lo mas importante, fortaleza de espritu.

Todo el mundo reconoce sin ambages que una espada de calidad no puede ser obra de un solo hombre y que los mundos esprituales y celestiales son parte integral de la creación de una hoja.

Antes de que comience el proceso de forja el artesano ayunara durante varios días, tras lo cual se acercara al yunque vestido de blanco, el color de los sacerdotes. Honrara a las fortunas todos los días y noches hasta que el proceso de forja haya terminado.

El acero que se utilizaba es el tamahagane, el cual se rompe y con los fragmentos se forma un ladrillo rectangular, que se envuelve en papel de arroz y arcilla líquida para evitar la oxidación una vez se comience a calentar. Cuando se alcanza la temperatura de caldeo se golpea para que se una y forme un ladrillo unido.

El ladrillo es vuelto a calentar y se golpea con el martillo (durante este proceso y el anterior, el herrero que sujeta el bloque golpea con un martillo y es ayudado por uno o dos ayudantes que usan grandes mazas con dos manos), haciéndolo más fino y alargado. Cuando ha alcanzado el doble de su longitud original se realiza una incisión justo en el medio y se dobla sobre sí mismo hasta obtener exactamente el mismo ladrillo original, pero con dos capas de acero entre sí.

Este método de doblar el acero sobre sí mismo se repite como minimo 12 veces, obteniendo un ladrillo de acero de la misma longitud del original, pero con una cantidad de capas de acero de entre 256 y 4096, unidas entre sí.

Luego se eliminan las impurezas de carbón, las burbujas de aire y el exceso de carbono; y se reparte el carbono homogéneamente por toda la hoja, eliminando los puntos débiles.

Cuantas más veces se doble el acero, mejor es el acero que se obtiene las mejores Katanas tienen hasta 3000. Durante este lento y laborioso proceso el acero se enfría rápidamente, de modo que debe ser metido en el horno continuamente para recuperar el punto de fusión y poder unir las dos partes, perdiéndose carbono cada vez que se alcanza esta temperatura.

Así pues, el ladrillo que se consigue tiene una cantidad muy baja de carbono (menos de un 0,5%) gracias a este doblaje. Este acero es bastante flexible, lo cual sirve para absorber golpes y aumentar la durabilidad en combate, pero es posible que no sea lo suficientemente duro para obtener un buen filo. El filo de una katana debe ser muy duro, de modo que se recurre a la segunda característica de éstas: utilizar dos aceros para la misma hoja.

Para crear el filo, se utiliza un segundo ladrillo con menor cantidad de doblajes en su proceso (de 4 a 5 veces). De este modo se obtiene un acero más carbonatado, que lo hace extremadamente duro, aunque más frágil.

El segundo ladrillo se corta en trozos que puedan rodear completamente al primer ladrillo. Se mete el conjunto en el horno y se lo golpea sucesivamente hasta llevarlo a la longitud que se desee (la normal es de unos 80 cm.).

Para darle la típica forma de una hoja de katana, se golpea el rectángulo hasta obtener la anchura necesaria en el lomo (que depende del tipo de hoja), y después se golpea la parte del filo hasta hacerlo extremadamente fino (de unos pocos milímetros), de modo que pueda cortar. También se le hace la forma del kisakki (punta) y la del nakago (la parte que se inserta en la empuñadura).

Tras un proceso de desbaste con piedras de afilar de diferentes granos con el que se da la forma a la hoja, se procede a templarla. El templado del acero consiste en elevar la temperatura de la hoja hasta el punto de austenización para después introducirla en agua fría de modo que se enfríe rápidamente. Este proceso le da al acero una dureza extrema. La explicación es que al elevar el acero a esa temperatura, toma una estructura totalmente nueva denominada austenita y al enfriarse bruscamente adquiere la estructura de martensita de gran dureza. Las impurezas de este acero hacen que se pueda templar la hoja pasada de temperatura (a una temperatura mayor que la temperatura de austenización), formándose además un grano de acero grueso. Esto no es posible en aceros modernos, ya que se rompen por el enfriamiento tan brusco.

Para conseguir que el filo resulte extremadamente duro, como para cortar sin que se desgaste fácilmente, al tiempo que el lomo sea más flexible para resistir los golpes que va a recibir, entra en juego otra de las características de la katana: el templado diferenciado.

Lo que se hace es cubrir el lomo con una capa gruesa de arcilla (esta arcilla para el templado tiene una composición que cambia según el forjador, y además de la arcilla se añade arena, limaduras de hierro, ceniza, etc.), y dejar el filo con una fina capa que además lleva en su composición polvo de carbón. Se calienta todo en el horno y luego se templa introduciéndolo en agua fría. El lomo, cubierto con más arcilla, se enfría mucho más lentamente que el filo, con lo cual se consigue un temple duro para el filo y otro más blando para el lomo. Además se produce un efecto elemental: el acero que más rápidamente se endurece, "estira" al más blando, dándole a la hoja su tan característico sori (curvatura).

La creación completa de la hoja suele durar más de un mes, pero las mejores katanas pueden tardar hasta un año en ser fabricadas completamente. La hoja es sólo el primer paso.

Primero: se debe confeccionar el Habaki, que es una pieza que sirve de tope de la tsuba, e igualmente sirve para ajustar la Katana a su Saya. El Habaki se puede confeccionar de plata, bronce, cobre, latón o acero. En la antigüedad el material mas usado era el bronce. La forja del Habaki consistía en tomar un bloque de bronce, elevar su temperatura hasta hacerlo maleable y luego martillarlo sobre la base del filo de la hoja, para que adoptase la forma óptima de la zona a la que pertenece su ensamblaje. Luego se soldaría esta pieza para que cerrase el "cilindro triangular", que es la forma característica de este componente.

Segundo: se tiene que fabricar la tsuba (guarda de la hoja). Su construcción se realizaba en cobre, hierro u otros metales, con grabados, dibujos, incisiones, incrustaciones... Cuando la katana estaba enfundada, la tsuba era la parte visible de la misma, y la que indicaba el estatus o el carácter de su dueño, de modo que nuevamente se trata de un proceso delicado.

Después se talla la tsuka o empuñadura. Ésta normalmente está hecha de madera de roble recubierta de same (piel de raya), para mejorar la colocación del ito (tiras de algodón, cuero o seda) que se trenzan sobre la empuñadura aumentando el agarre y comodidad, además de darle su típico aspecto. Para facilitar el trenzado se usaban unas cuñas de papel llamadas hishigamis en cada pliegue del ito.

También deben realizarse en metal el fushi y la kashira, que están decorados normalmente siguiendo los mismos diseños y a juego también con la tsuba y los menukis. Estas piezas se colocan cada una a un extremo de la tsuka para evitar una posible apertura de las dos partes que la forman, ya que se pegan con pegamento de arroz solamente. Además, por la kashira pasa el ito hacia el lado opuesto para formar el último nudo allí, sujetando así además la pieza con firmeza.

Los menukis son unos amuletos realizados en metal que pueden tener toda clases de formas; se colocan en la tsuka sujetos por el ito de forma que queden en contacto con los dedos, porque se creía que estos daban suerte, y eran en muchas ocasiones un gran tesoro familiar.

La hoja se inserta en su interior y se fija mediante un tope de metal o de bambú al mekugi-ana.

La saya (funda) se fabrica normalmente de madera de magnolia lacada. La saya también puede decorarse con tiras de rotten (semejante al mimbre) o con piezas de same. Tiene incorporada una tira de 1,8 o 2 metros de algodón o cuero llamado "sageo", que se ata al cinturón (obi) del Hakama y que también puede ser usada como cuerda auxiliar para sujetar cosas o para apresar a un enemigo. La boca de la saya, denominada "Koi-Guchi", suele llevar un refuerzo de cuerno de búfalo para evitar el desgaste por rozamiento con la hoja.





Mantenimiento
La katana debe mantenerse limpia y lubricada para prevenir que el acero se altere o quiebre. Tanto el sudor como el polvo o la sangre afectan la hoja; por eso debe hacerse un mantenimiento periódico. Actualmente se consiguen en el mercado los elementos necesarios para conformar el Kit de limpieza, los cuales deben o pueden contener:
Martillo de metal sólido, denominado Mekugi.
Aceite vegetal lubricante Koji
Papel de arroz, Harai Gami.
Bola de polvo no abrasivo, conocido como Uchiko.
Paño suave para mantenimiento y un envase de plástico para guardarlo, conocido como Erufu.



Reglas
Por protocolo existen una serie de normas o reglas que se deben de tener en cuenta cuando se porta una katana.

El filo siempre debe de estar hacia arriba cuando se lleva ne la cintura, pues es un símbolo de respeto y confianza, su aspecto practico es que es mas difícil desenvainar cuando esta se lleva asi,  y se requiere de las dos manos para poder desenfundarla, una que gire la saya y suelte el cierre de la tsuba, y la segunda que la saque de la misma.

Con la katana no se debe tocar carne muerta, porque esa acción significa ser irrespetuoso y deshonrar a los espíritus de tus ancestros que llevaron la katana con anterioridad. Tocar la katana de un samurai o respirar sobre ella es una falta grave de respeto, y la mayoría de las veces esa mancha se limpia con la sangre del que la ha ofendido.

Si una katana está en el suelo no se debe pasar por encima de ella, pues también es una falta de respeto, sino rodearla. Hay excepciones a esto.. si un asesino atacara a un samurai y su katana estuviera lejos de él, otro samurai podria cogerla y lanzársela para que pudiera defenderse. Está claro que más tarde no le pediría explicaciones por esto

Hay una norma clara: sólo un Samurai puede portar un daisho (Katana y Wakizashi), incluidos los Samurais no Bushi, osea aquellos que perteneciendo a la casta de los Samurais no hayan sido entrenados en el arte de la espada y por tanto no sepan manejarla

Por otro lado hay que comentar que se permite portar el Daisho en las grandes ciudades y en la Ciudad Imperial siempre y cuando esté atado de forma correcta con un lazo de seda. Las dagas, tantos o armas ocultas están prohibidas. Las armas de asta como Naginatas, Yaris y demás están prohibidas también. Donde no se permite portar el Daisho es en la 'Ciudad prohibida' (osea la parte de la Ciudad Imperial donde vive el Emperador y los nobles de más alto rango). Sólo sería posible con la debida autorización de un Daimyo de Clan, del Campeón Esmeralda o del propio Emperador. También hay que notar que la Guardia de la Ciudad, los Magistrados Esmeraldas y la Guardia Seppun están eximidos de cumplir estas normas

            También es importante la Etiqueta con respeto a las visitas

1. - Cuando un samurai entra en casa de un amigo debe dejar su katana en la puerta. No hacerlo sería deshonrar a sus ancestros, sugiriendo que podría hacer la guerra en un lugar de paz, además de insultar a su anfitrión indicando que podría provocar la lucha en un lugar honorable. Las casas de té, posadas y tiendas de samurais también están bajo la misma consideración. Las circunstancias no cuentan (salvo la deshonra), un hogar es un lugar sagrado y debe ser tratado como tal. Si el samurai es invitado a casa de su Señor en tiempos de paz debe incluso retirar el wakizashi cuando toma asiento. Sólo los consejeros y guardaespaldas de mayor confianza pueden entrar armados a presencia del Daimyo. No importa el rango del samurai, lo cercano que sea por nacimiento o lo respetado de su posición, debe retirar las armas antes de hablar con su Daimyo

2. - Cuando un samurai entra en la casa de un extraño o de un enemigo entra a su interior con las armas. Si el samurai visita a un extraño, cuando se saludan puede situar la espada a su izquierda o a su derecha. A la izquierda muestra que no se fía de su anfitrión, pues es más fácil desenvainar, y por tanto a la derecha muestra confianza. Si se coloca la espada cerca del samurai con la empuñadura hacia el anfitrión, indicará que no se estima mucho la habilidad de este con la espada. Colocar la punta de la vaina hacia el anfitrión mostrará más respeto

Hay miembros de la casta samurai que no han sido entrenados en el arte de la espada pero aun así portan la katana. Con ello simplemente muestran su rango, pues tienen derecho a portar este arma por nacimiento. Es habitual en estos casos que la katana, la empuñadura y la vaina, vayan envueltas en seda, indicando así al resto su incapacidad para manejar el arma. Por tanto retar a duelo a un samurai con el arma enfundada en seda sería deshonroso

Un claro signo de que un samurai es un ronin es portar la katana a la espalda o sobre el hombro, mostrando así su visión negligente del comportamiento honorable

Más apuntes sobre el tema de la katana y el wakizashi, sacados de opiniones de más usuarios al debatir sobre tan interesante tema..

El Daisho es el símbolo del Samurai, y la katana su alma. Ahora bien, la katana no es exclusiva de los Samurai mientras que el wakizashi sí que lo es. La katana la portaban también los ashigaru (soldados rasos japoneses, poco más que campesinos, entrenados en el uso de las armas). La diferencia fundamental entre una katana de ashigaru y una de samurai no era ni el tamaño ni el filo, la diferencia era la calidad

Había Maestros Herreros que producían un daisho al año, o los 'más trabajadores' incluso dos. Así que uno se pregunta, ¿cómo demonios armaban a tal cantidad de soldados con esa producción de armas? Simple, porque aunque había Maestros Herreros, también había herreros. Por tanto mientras el Samurai querrá lo mejor para guardar su alma, un ashigaru con un 'chuchillo largo' va sobrado

El precio de una katana o un wakizashi, tal y como aparece en el Manual, es totalmente impagable por una persona 'normal', o un simple bushi

En el juego, los Kaiu se hartan de forjar espadas y armas, pero la calidad de las mismas es bastante baja (de usar y tirar), pero nadie se arriesga a perder su katana en las Tierras Sombrías. Eso sí, sus herreros también pueden hacer katanas de una calidad suprema, pero son herreros de batalla y no siempre tienen tiempo para ello

Los campesinos iban a los campos de batalla y saqueaban a los muertos (aunque siempre había patrullas del ejército vencedor para imperdirlo y ajusticiar a los campesinos hasta que las katanas y wakizashis eran recuperados). Estas armas saqueadas eran vendidas.. y algunos de los que compraban esas armas (o que directamente las saqueaban) se hacían pasar por ronin (el fundador del Clan del Mono es un ejemplo de un campesino que roba un daisho a un muerto)

Volviendo al tema del Maestro Herrero y su daisho anual.. ¿cómo es que no hacía más? Porque crear un daisho no era meramente un acto físico, sino espiritual. Había de ayunar antes de empezar a trabajar el metal, rezar y hacer ofrendas, etc. Casi siempre compraban el hierro necesario de las minas que a cada uno le gustaba (que podían estar muy lejos, y lo iban a buscar personalmente). Luego lo convertían en acero de forma artesanal, lo purificaban, esperaban al momento oportuno del año o mes, rezaban y cantaban, plegaban y volvían a plegar el acero miles de veces hasta que tenía la consistencia necesaria

Pero además cada arma estaba compuesta por 3 aceros diferentes. Uno más duro en el filo para poder cortar, uno más blando en la hoja para absorver los impactos del corte y uno más rígido aún en el alma de la hoja para mantener su rigidez. Pero eso no es todo, dependiéndo de la época en que se hizo el daisho, la dureza del acero y lo afilado de la hoja variaba. No era lo mismo hacer una hoja en una época de guerras donde se tenía que cortar armaduras (el filo no era tan afilado porque se podía romper más facilmente y la katana debía ser más pesada para que su inercia atravesase las piezas de protección), como una época de paz donde no se acostumbraban a portar las armaduras (la hoja era más liviana y el filo más agudo porque había de cortar tela)

Todas estas consideraciones no pueden plasmarse en el juego de rol porque sería compliar en exceso la mecánica del juego. pero las cosas eran así. El Maestro Herrero podía tardar meses (o incluso algún año) en vender el daisho que ha creado, esperando al samurai adecuado

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