miércoles, 23 de junio de 2010

Hogueras de San Juan




La Noche de San Juan es una festividad muy antigua en la que se celebra la llegada del solsticio de verano en el hemisferio norte cuyo rito principal consiste en encender una hoguera. La finalidad de este rito era "dar más fuerza al sol", que a partir de esos días, iba haciéndose más "débil" —los días se van haciendo más cortos hasta el solsticio de invierno—. Simbólicamente el fuego también tiene una función "purificadora" en las personas que lo contemplaban.

Esta fiesta se celebra en muchos puntos de Europa, aunque está especialmente arraigada a España, Portugal (Fogueiras de São João), Noruega (Jonsok), Dinamarca (Sankthans), Suecia (Midsommar), Finlandia (Juhannus) y Reino Unido (Midsummer). En Sudamérica, Brasil tiene Festas Juninas, en Bolivia, Chile y Venezuela la noche de San Juan. La noche de San Juan está, así mismo, relacionada con antiquísimas tradiciones y leyendas españolas como la Leyenda de la Encantada.


En la mayoría de los lugares en los cuales se celebra actualmente continúa la tradición original aunque en España y Portugal se ha perdido parte de su significado. Habitualmente se realizan hogueras en las calles y plazas de las poblaciones donde se reúnen familiares y amigos. Nótese que la fiesta en España se celebra la noche que va del 23 al 24 de junio, aunque en realidad la noche más corta del año -que corresponde con el solsticio de verano- es la del 21 de junio. En algunas zonas del Atlántico europeo como Inglaterra, también se celebra el día 28 (vísperas de San Pedro) una fiesta similar.



Con el paso del tiempo, la simbología de la noche de san Juan a ido perdiéndose hasta desencadenar en lo que es hoy día, una escusa para que un montón de gente se reúnan para emborracharse y dejar las playas hechas un asco.

No estaria mal, por un dia volve a los origenes de la festividad, donde a menudo se bailaba y saltaba alrededor del fuego para purificarse y protegerse de influencias demoníacas y asegurar el renacimiento del sol.

Se puede decir que todo empezó hace cerca de 5 mil años, cuando nuestros antepasados, tan amigos de observar las estrellas, se dieron cuenta que en determinada época del año el Sol se mueve desde una posición perpendicular sobre el Trópico de Capricornio, hasta una posición perpendicular sobre el trópico de Cáncer. A estos días extremos en la posición del Sol se les llamó solsticios de invierno y verano, los cuales ocurren los días diciembre 21 y junio 21 respectivamente. Estas fechas corresponden al hemisferio norte, pues en el sur es al contrario. El día que veremos al sol ponerse más al sur es el 21 de diciembre y el día que lo veremos ponerse más al norte es el 21 de junio. “Las fechas mencionadas son las típicas, pero puede ser que en un año determinado caiga un día antes o después, debido a las irregularidades del calendario, como los años bisiestos”. Hablando propiamente del solsticio de verano, en esta fecha el eje de la tierra está inclinado 23,5 grados hacia el sol. Esto ocasiona que, en el hemisferio norte, el 21 de junio sea el día más largo del año.

En los antiguos mitos griegos a los solsticios se les llamaba “puertas” y, en parte, no les faltaba razón. La “puerta de los hombres”, según estas creencias helénicas, correspondía al solsticio de verano (del 21 al 22 de junio) a diferencia de “la puerta de los dioses” del solsticio de invierno (del 21 al 22 de diciembre).

Ni que decir tiene que esta fiesta solsticial es muy anterior a la religión católica o mahometana. Uno de los antecedentes que se puede buscar a esta festividad es la celebración celta del Beltaine, que se realizaba el primero de mayo. El nombre significaba “fuego de Bel” o “bello fuego” y era un festival anual en honor al dios Belenos.

Durante el Beltaine se encendían hogueras que eran coronadas por los más arriesgados con largas pértigas. Después los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades. A la vez, rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y no dudaban en sacrificar algún animal para que sus plegarias fueran mejor atendidas.



Otra de las raíces de tan singular noche hay que buscarla en las fiestas griegas dedicadas al dios Apolo, que se celebraban en el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas. Ya entonces se atribuían propiedades medicinales a la hierbas recogidas en aquellos días.

Se dice, que esta es una fecha en la que segun numerosas leyendas fantásticas, que es un período en el que se abren de par en par las invisibles puertas del “otro lado del espejo”: se permite el acceso a grutas, castillos y palacios encantados; se liberan de sus prisiones y ataduras las reinas moras, las princesas y las infantas cautivas merced a un embrujo, ensalmo o maldición; braman los cuélebres (dragones) y vuelan los “caballucos del diablo”; salen a dar un vespertino paseo a la luz de la Luna seres femeninos misteriosos en torno a sus infranqueables moradas; afloran enjambres de raros espíritus duendiles amparados en la oscuridad de la noche y en los matorrales; las gallinas y los polluelos de oro, haciendo ostentación de su áureo plumaje, tientan a algún que otro incauto codicioso a que les echen el guante; las mozas enamoradas sueñan y adivinan quién será el galán que las despose; las plantas venenosas pierden su dañina propiedad y, en cambio, las salutíferas centuplican sus virtudes (buen día para recolectar plantas medicinales en el campo); los tesoros se remueven en las entrañas de la Tierra y las losas que los ocultan dejan al descubierto parte del mismo para que algún pobre mortal deje de ser, al menos, pobre; el rocío cura ciento y una enfermedades y además hace más hermoso y joven a quien se embadurne todo el cuerpo; los helechos florecen al dar las doce campanadas...
En definitiva, la atmósfera se carga de un aliento sobrenatural que impregna cada lugar mágico del planeta y es el momento propicio para estremecernos, ilusionarnos y narrar a nuestros hijos, nietos o amigos toda clase de cuentos, anécdotas y chascarrillos sanjuaneros que nos sepamos.




En esta noche se abre la puerta que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Es la noche en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista. En la mañana, muy temprano la gente se lava el pelo y la cara con las aguas bendecidas y comienza a llamar, tres veces consecutivas:

-¡San Juan!, ¡San Juan!, dame milcao (guiso de papas con manteca) yo te daré pan.

La noche anterior dos han sido los eventos más importantes: el baile del fuego y las pruebas. Algunas de estas pruebas son:

l. La joven que sale al amanecer y se encuentra con un perro su marido será un goloso perro durante su vida.

2. Al salir, después de las 12, se encuentra con un gato negro es mala suerte para el futuro, felicidad si el gato es de otro color.

3. Si a medianoche se hace una cruz en los árboles, producirán el doble.

4. Si a las 12, mira la luna y después la higuera, la verá florecer.

5. La higuera y el “pesebre” (helecho) florecen esta noche. Quien posea una de estas flores será muy afortunado.

6. Quien vea florecer la hierbabuena esta noche será muy afortunado siempre que lo mantenga en secreto.

7. En la víspera se planta la flor de la hortensia, en un tarro con tierra y agua. Luego se le hace un pedido poniendo fe en el bautismo de San Juan.

8. Hay que lavarse las manos con agua de manantial para mantenerse joven y el cabello para conservarlo hermoso. Esa noche las aguas están benditas por el Bautista.

9. Cuando llueve esa noche o al día siguiente, va a haber abundancia de manzanas.

10. Antes de la salida del sol hay que regar los árboles con agua de manantial, para que den bastante fruta durante el año.

11. Para tener buena siembra hay que tirar un pedazo de vela la noche de San Juan.

12. Para aprender a tocar guitarra hay que colocarse durante esta noche bajo una higuera.

La noche y el amanecer, están dedicado a San Juan en un esfuerzo por cristianizar las numerosas fuerzas que se manifiestan en esta mágica jornada, en la que todas las sociedades tradicionales de Europa ponen en marcha numerosos rituales de antiguo origen y profunda funcionalidad cultural.

La fiesta no es específica de localidades concretas, sino que se extiende por toda Europa con diversas variantes.

Un personaje–símbolo de la cristiandad y un astro presiden la celebración. Por una parte el Sol que, según la tradición popular, sale bailando al amanecer del día 24. Por otra parte el santo de la fecha, San Juan, encargado de dotar de sacralidad a la fiesta, pero que no ocupa lugar central en los rituales.

Contando con el Sol y San Juan como componentes básicos de la celebración, en la noche y el amanecer sanjuaneros los hombres manipulan diversos instrumentos simbólicos con la finalidad de luchar contra los distintos males que perjudican a los humanos, a sus actividades y a sus bienes a lo largo del año.

Sea como sea y venga de donde venga, San Joan es una festividad profundamente arraigada en nuestra cultura que con el paso de los años gana mas fuerza y mas adeptos, noche iluminada por miles de hogueras en las playas con al gente saltando las olas a las 12 de la noche y pidiendo deseos.

Para aquellos que no tengan que estudiar, que trabajar y que puedan disfrutar de la noche... pasadlo bien, y con precaucion.

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